El trabajo de mamá

Todos entendemos que un trabajo de tiempo completo es por lo general una jornada de ocho horas, como lo marca la ley; sin embargo, cuando hablamos de «tiempo completo» en términos del trabajo de las mamás, realmente queremos decir «tiempo completo», o sea 24 horas al día, 365 días al año.

El trabajo de una mamá empieza desde el mismo momento en que ella se da cuenta de que ha concebido. Como parte de la maravillosa naturaleza divina, esos meses mamá empieza a trabajar en su relación personal con su bebé, atendiendo su salud, vigilando lo que come, lo que hace, lo que aprende, siempre para proteger el nacimiento de su tan esperado retoño. Al nacer el bebé, mamá inicia otra etapa de su tiempo completo. Entonces empiezan los trabajos como el de velador nocturno, con un oído que se agudiza para detectar hasta el más mínimo sonido. Al mismo tiempo, mamá adquiere un trabajo de doctora/enfermera que va a practicar por el resto de su vida. Este es un trabajo de dos en uno; ya sea una fiebre, una cortada o un diente roto, no importa: ella sabe cómo arreglarlo y, la mayoría de las veces, un beso de mamá es la mejor medicina para calmar el llanto del bebé. Otra de las especialidades de mamá es la técnica del cambiado de pañales; sea lo que sea que contenga el pañal, mamá sabe cuál es el momento justo para cambiarlo y cómo hacerlo. Los trabajos de mamá incluyen también pesados horarios de chofer, taxista, chofer de colectivo, todo lo que sea necesario para llevar a sus hijos —y los invitados de ellos— a cualquier lugar al que tengan que llegar.