¿Quién no conoce la historia de Jonás? Este profeta desobediente a quien Dios le ordenó ir al oriente pero él se fue al poniente; que sufrió diversas situaciones caóticas como resultado de su decisión rebelde, hasta que Dios lo mandó a meditar al vientre de un gran pez. Esta historia es una de las más ridiculizadas por gente incrédula que se cataloga a sí misma como sofisticada e intelectual. A pesar de formar parte de la Biblia y ser escrita por el mismo protagonista que, por cierto, lleva el nombre de su libro, los escépticos dicen que ninguna ballena ni pez marino podría tragarse a un hombre y todavía que esté viva para contarlo. Como la anécdota de una niña que se hallaba entablada en una batalla campal con su intelectual maestra incrédula que insistía en que tal historia no podía ser cierta. Entonces la niña desesperada le dice a su maestra: «Pues si la Biblia dice que es verdad, yo lo creo, y cuando llegue al cielo le voy a preguntar a Jonás cómo ocurrió todo». A lo que la maestra cuestionó: «¿Y si Jonás se fue al infierno?» La niña sin dudar contestó: «¡Ah, pues entonces le pregunta usted!».
