Había estado motivada a dar una plática en la reunión de oración de mujeres acerca de la necesidad que existe de que las esposas nos mantengamos orando por losesposos en todo tiempo. Por algún motivo, me estaba resistiendo a hablar del tema. Así que le pedí una pequeña señal al Señor para que me mostrara si ese era el tema del cual quería que compartiera. En ese momento recibí un mensaje de mi esposo por el celular: «Estoy en medio de un problema y me siento angustiado, necesito que ores por mí». La necesidad de que los cónyuges en un matrimonio se mantengan orando el uno por el otro es evidente. En medio del mundo violento y frívolo que estamos viviendo, es imprescindi- ble la oración fervorosa y perseverante. El enemigo de nuestras almas sabe que si logra dividir a un matrimonio, el golpe va a ser devastador para toda la familia, en donde los hijos pagan la peor parte. El esposo y la esposa unidos en matrimonio son una sola carne. Son un equipo, una unidad que se potencializa. Imagínate que el esposo es el lado derecho y la esposa el izquierdo. ¿Cómo poder orar solo por un lado? Todo lo que le acontezca a un lado, va a repercutir en el otro. Cuando uno de los cónyuges sufre depresión,
