Ponte una chaqueta y une tus muñecas con un lazo. Luego prueba quitarte la chaqueta. No puedes hacerlo, ¿verdad? Eso es lo que te pasa cuando te esfuerzas por creer en ti mismo cuando permites que el miedo y la incertidumbre te aten. ¡Es imposible tener éxito! La incertidumbre y la confianza no operan juntas, sino una contra otra. La confianza destruirá la incertidumbre, pero la incertidumbre destruirá la confianza. La incertidumbre atormenta. La persona insegura es inestable en todo cuanto hace, siente y decide. Vive confusa la mayor parte del tiempo y lucha para tomar decisiones y sostenerlas porque siempre está cambiando de opinión, pues le parece que podría estar equivocada. ¡Una persona segura de sí misma no tiene miedo de equivocarse! Ella es consciente de que puede cometer un error y no permite que el miedo a hacerlo la encarcele, o la ate a la incertidumbre. En la Biblia, Santiago 1:5-8 nos enseña que Dios no puede contestar las oraciones de una persona de doble ánimo. Dios responde a nuestra fe, no a nuestros miedos. La incertidumbre es miedo, temor a cometer errores o a hacer algo incorrecto. Con frecuencia va más allá de temor a hacer las cosas mal; más a menudo implica que las personas se sienten totalmente mal respecto a sí mismas
