Pasa todo el día con Jesús

Si queremos pasar un día regular, ordinario, de nuestra vida con Jesús, ¿qué haríamos
en realidad? ¿Cómo tratamos de recibir cada momento como un sacramento, una tajadita de gracia cargada de Dios? Esto es lo que necesitamos recordar desde el principio: pasar el día con Dios por lo general no incluye hacer cosas diferentes a las que ya hace- mos. En su mayor parte, incluye aprender a hacer lo que ya hacemos de una manera nueva: con Dios.
En realidad, la primera tarea del día es irnos a dormir. En la cultura occidental pensamos que el día comienza cuando sale el sol, o cuando suena el despertador, o cuando abre Starbucks.
Pero el ritmo antiguo de días es diferente. En el relato de la creación del orden es siempre el mismo: «Y vino la noche, y llegó la mañana: ese fue el primer día». Cada día de la creación empieza con la tarde. En la vida judía, el sabat empieza no a la salida del sol, sino cuando
este se pone.