Podemos aprender mucho de la sabiduría, la experiencia y las lecciones de vida de otros. La Palabra de Dios está llena de hombres y mujeres de los que podemos aprender. Examinemos a los magos men- cionados en Mateo 2:1-12. María y José llevaron a Jesús a Jerusalén para dedicarlo al Señor en el Templo. Cuando cumplieron con todo lo que prescribía la ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad Nazaret. «Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre él» (Lucas 2:40). En el capítulo 2 de Mateo leemos acerca de un grupo de hombres que se describen como «magos del oriente». Mateo 2:1-2: «Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque vimos su estrella en el oriente y hemos venido a adorarle». Muchas veces oirás que se hace referencia a estos hombres como «los tres reyes magos». Se ofrecieron tres regalos, pero podría haber
