El evento más importante en la historia de la fe cristiana es sin duda la muerte de Jesús en la cruz. Este evento conjuga la culminación de profecías emitidas en el Antiguo Testamento y se entienden en su verdadera dimensión las promesas para el futuro viviendo el tiempo de la gracia. La promesa de un Cordero que sería sacrificado para cubrir nuestros pecados fue dada desde que Dios cubrió con pieles la desnudez de Adán y Eva en el paraíso, después de que estos desobedecieron las indicaciones del Padre (Génesis 3:21). Es obvio que para cubrir con pieles la desnudez evidenciada por sus pecados fue necesario sacrificar un animal para proveerlas. Es así como a partir de este momento se estableció la necesidad del sacrificio de un cordero para cubrir el pecado de la humanidad. Cuando el pueblo de Israel vivía en esclavitud en Egipto, Dios dio instrucciones muy precisas a Moisés para poder ser libres de manos del faraón. Todo primogénito de Egipto moriría, salvo aquellos cuyo dintel de sus puertas
