¿Por qué será que las tormentas de la vida en ocasiones son tan fuertes… y tan largas? Cuando estamos en medio de una de ellas, solo queremos que Dios la calme, pero a veces los vientos siguen azotando con furia y parece que Dios no escucha. Él se espera porque quiere enseñarnos algo a través de esa tormenta. ¿Qué culpa tenía Pablo de haber subido a aquella embarcación y haber padecido el terror de semanas enteras de una tormenta huracanada? Él iba en calidad de preso solo por predicar que Jesucristo no estaba muerto sino vivo. El centurión que lo llevaba custodiado a Roma para presentarlo ante el César no quiso escuchar su consejo de no zarpar de la isla de Creta y esperarse a que pasara el invierno, debido al peligro de embarcarse en octubre. Sin embargo, no pudo convencerlo, ni a él, ni a los 275 hombres más enlistados en la embarcación.El centurión escuchó la voz del dueño…
