El razonamiento excesivo

Muchas veces, cuando decimos que estamos confiando en Dios, nuestra mente se está preocupando. Nuestro deber es confiar en el Señor no solo con el corazón, sino también con la mente, como lo confirma este pasaje: «Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. Reconócele en todos tus caminos, y Él enderezará tus sendas» (Proverbios 3:5-6).

¿Qué le permites hacer a tu mente cuando enfrentas algún problema? ¿Intentas averiguar todo, en vez de dejarlo en las capaces manos de Dios?

Existe la mente carnal, que piensa equivocadamente, basándose en sus propios pensamientos y razonamientos, y existe la mente del espíritu, que es la manera correcta de pensar, basada en la Palabra de Dios y la guía interior del Espíritu Santo. La frustración, confusión y ansiedad son el resultado de una mente carnal operando. El gozo es el producto del Espíritu y de seguir su guía en oración y comunión con Dios. Si operas en la mente espiritual, tendrás «la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento», y el «gozo inexpresable», y serás «lleno de gloria» justo en medio de terribles pruebas y tribulaciones.