Bendecidos sobreabundantemente

Existe la voz audible de Dios, pero no nos habla de esa manera muy frecuentemente. Se hace referencia a la voz audible de Dios en Daniel 4:31, y otra vez en Mateo 3:17, cuando se bautizó Jesús. Dios habla de esta manera pocas veces; sin embargo, está ansioso de hablarnos de muchas maneras más. Creo que es importante explicar que en la mayoría de los casos cuando los cris- tianos dicen: «Dios me dijo…», se están refi- riendo a que Dios les habla al corazón. 1 Reyes 19:12 nos narra la ocasión en la que Elías necesitaba oír algo de parte de Dios. Dios no le habló a través del terremoto ni del fuego, sino por medio de un silbido apacible y delica- do. Existen muchas voces en este mundo, pero la voz de Dios siempre llega de acuerdo a su Palabra. Su voz está llena de sabiduría y sentido común, y lo deja a uno lleno de paz. Dios habla a través de intervenciones sobre- naturales. Yo he tenido algunos sueños…